Oui?

¿Doña Cristina?
Qui est à l'appareil?

Un juntaletras.
La dame n'est pas à la maison.

Alteza, que le conozco la voz...
Merde...

No sé si se acuerda de mí; hablamos hace un par de años (leer).
Para nada.

Era de esperar. Yo pregunto, ¿eh?
Será si yo quiero.

No: usted responderá si quiere, pero el que pregunto si quiero soy yo.
Venga, va, que me aburro como una ostra.

Ésa era la primera pregunta: ¿cómo va por Ginebra?
Pues bien, supongo.

¿Supone?
La ciudad está muy bien y los colegios son magníficos, pero, no sé, son tan asquerosamente civilizados, está todo tan asquerosamente limpio y es todo tan asquerosamente perfecto, que no acabo de adaptarme.

Infanta, pero española al fin y al cabo.
Eso debe ser, sí.

Ya no tiene palacete en Pedralbes...
Y usted tampoco.

Ya, pero lo mío es porque soy un muerto de hambre y lo suyo es porque se lo ha embargado un juez.
Pues mucho peor lo suyo, ¿no?

Indudablemente, pero a la gente no le interesa mi vida, sino la suya.
Preocupadísima estoy, ya ve. Donde vivo aquí es más grande que lo de Barcelona, así que...

¿No le sabe mal?
Me sabe mal todo el dinero que nos gastamos reformándolo y decorándolo, eso me sabe mal.

Dinero de procedencia ilícita, entrando ya en materia.
Porque usted lo diga.

Porque lo dice un juez, que sino no les hubieran embargado.
Ese juez me tiene manía.

¿Ésa es toda su defensa?
No sé de qué tengo que defenderme.

Pues por ejemplo de usar las tarjetas de crédito de empresas fraudulentas para sus gastos personales.
Porque usted lo diga.

Y dale. No, porque lo dicen los registros de la tarjeta y su firma, alteza.
A mí Iñaki me dio una tarjeta y me dijo: “Gasta”. Y yo soy una esposa sumisa, abnegada y obediente.

Ya, y yo soy campeona del mundo de gimnasia artística.
¿En serio? Felicidades. Estoy taaan desconectada de lo que pasa en España...

En fin... ¿Sigue sin tener ningún temor a que la imputen?
No me importa demasiado si me imputan o no, la verdad.

¿Y eso?
¿Va a mandar España al Ejército aquí para buscarme o algo? Le recuerdo que el capo di tutti capi de los militares es mi papá.

¿No se va a presentar si la llaman?
Ni harta de vino.

Ésa es una expresión más tabernaria que palaciega, ya se lo digo.
Pues muy bien.

¿Lo sabe el rey?
¿Que hablo así? Tendría que oírle a él en la intimidad.

Nooo, que no piensa venir si la llaman.
¿De quién cree que fue la idea?

Bueno... No me resisto a preguntarle un par de cosillas para terminar.
Diga.

Las operaciones de su padre.
Yo ya le digo que no tiene veinte años, pero el hombre es así, qué se le va a hacer.

Y Felipe Juan Froilán de Todos los Santos.
Ese niño me da miedo, por él y por los demás.

Ahora se monta trapicheos en las discotecas.
¿Ya va a discotecas? Jesús, cómo pasa el tiempo. Llamaré a Elena un mes de éstos.

No hay mucha relación, veo.
¿Le importa a usted mucho?

Lo justo, la verdad.
Pues eso.

Pues gracias y hasta otra, alteza.
Sí, llame más, que me aburro mucho.

Ya, pero yo también me aburro pero no tanto como para llamarla más a menudo.
Como quiera.

Adiós, doña Cristina.
Adieu...

Esta chica al final no acabará bien, ya verás.