ENTREBESTIA CON...

 

Javier Martínez

 

 

 

13/11/2013

Buenos días nos dé Dios...

¿Señor arzobispo?
Sin pecado concebido. ¿Usted quién es?

Un juntaletras.
Un juntaletras que pretende...

Un juntaletras que pretende preguntarle cuatro cosas para después juntar letras con ello.
Vaya, qué original... Pregunte, pregunte...

Ehhh... No sé cómo se le llama a un arzobispo, ahora que lo pienso.
Excelentísimo.

No, si no se lo preguntaba, sólo le comunicaba que no sabía cómo era. Ni de coña pienso llamarle Excelentísimo, con todo el respeto se lo digo.
Usted mismo: por mucho menos están algunos ardiendo en el infierno.

Va, comencemos. Vaya librito se han sacado ustedes de la manga...
No sé qué le ven ustedes de extraño.

Hombre, para comenzar ese título que produce arcadas: “Cásate y sé sumisa”.
Pues lo normal, ¿no?

Lo normal en el siglo XV o en el X, no ahora.
Hay cosas que nunca pasan de moda.

A ver, centrémonos. Para usted, la mujer es un ser inferior, ¿no?
Hombre, inferior me parece una palabra un poquito fuerte. Diferente, digamos.

Diferente pero por debajo del hombre, ¿no?
Por supuesto.

O sea, inferior.
No conseguirá usted que lo diga.

Descríbame qué se supone que ha de hacer según usted una mujer para ser considerada una mujer como Dios manda.
Pues eso: casarse y ser sumisa. No es tan difícil: cuando llega el hombre a casa se le recibe con las zapatillas en la mano; cuando está cansado se le prepara un caldito y se le masajean los pies; cuando tiene calor se le abanica; cuando tiene sus necesidades conyugales se abre una de piernas; cuando te insulta se le dice “Sí, cariño”; cuando te escupe se le dice “Ummm, qué rico”; y cuando te pega, y como buena cristiana, pones la otra mejilla y se le dice: “Más”. Todo ello, claro, con la mejor de tus sonrisas en la boca. ¿Ve como no es tan difícil ni anormal?

Madre mía...
¿La Virgen, se refiere?

No, me refiero a la que me parió.
Es usted muy soez y vulgar.

Lo sé.
¿Alguna cosa más?

Pues sí. Me gustaría analizar con usted la siguiente frase: “La mujer que mata a un niño indefenso –es decir que aborta– da a los varones la licencia absoluta, sin límites, de abusar de su cuerpo”.
¡Hey, es muy buena! ¿De quién es?

Suya de usted.
Ya decía yo... Brillante, ¿verdad?

Personalmente la encuentro apología de la violación y, por lo tanto, delito, ya que me pregunta.
Porque usted es un ateo impresentable que, ya está claro, pasará toda la eternidad junto a Satanás.

Quiero creer que la mayoría de católicos piensan que eso es una burrada.
No crea tanto, infiel juntaletras, no crea tanto.

Me parece que el mismo Papa discreparía con usted.
Porque es un rojo judeomasón que arderá en los Avernos junto a usted.

¿En Granada qué dicen?
Pues lo normal: la gente de bien está de acuerdo conmigo y los ateos amigos del Maligno no.

En fin, dejémoslo aquí, que ya me estoy poniendo nervioso.
¿Está usted casado?

No.
Se nota. Búsquese una buena esposa sumisa y ya verá cómo se relaja.

Deje, deje...
Qué mal lo va a pasar usted en el infierno, amigo.

Allí nos vemos. Hasta otra.
Adiós.

Que baje Dios y lo vea.

LeandroAguirre©2013

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