Dígame.
Señor Fabra...
Quién es... Qué quiere...
Un juntaletras. Preguntar.
Otro juntaletras... Son ustedes una plaga.
No, oiga, pero yo soy un juntaletras juntaletras. Los otros son juntaletras que van de periodistas, escritores o columnistas.
Ah, bueno, si es un juntaletras juntaletras, pregunte, pregunte...
Que le han caído cuatro años, parece.
Sí, bueno, pero ha sido por fraude fiscal.
¿El fraude fiscal no tiene importancia o algo?
Menos que el resto de cosas de las que me acusaban.
En todo caso es una condena que implica cárcel.
Je, je... Usted es nuevo en esto, ¿no, mequetrefe?
Oiga, que yo no le he faltado.
Ni yo; sólo describo.
Que no tiene intención de entrar, vamos.
Primero, recurriré las veces que haga falta, y eso es ya va a ser una temporadita larga.
¿Y segundo?
Segundo, que cuando la sentencia sea firme seré ya un ancianito venerable y la prisión ni la pisaré.
En cualquier caso es usted culpable.
Y usted un muerto de hambre y no digo nada.
Ha devuelto usted el carnet del partido, dicen.
Dicen bien.
Para no perjudicarlo, supongo.
Qué coño... Es que con todo el montón de billetes que llevo en la cartera iba a reventar y tenía que deshacerme de algo, y era o el carnet del PP o el carnet del Mil y Una Noches y, como usted comprenderá, el Mil y Una Noches es el Mil y Una Noches.
No conozco.
Imagino. Está reservado el derecho de admisión y a los indigentes no les dejan pasar.
¿Cómo ha visto la reacción de los dirigentes de su partido a...
¡Ep, ep, ep! EX partido.
‘Ta bien... ¿Cómo ha visto la reacción de los dirigentes de su expartido a su condena?
¿Qué reacción?
Por eso se lo pregunto: a usted no han comenzado a llamarle delincuente y esas cosas como a Bárcenas.
Saben lo que se hacen.
¿Insinúa algo?
Nooo, qué va...
Insinúa algo.
Le repito que no.
¿Quiere decir, quizás, que mejor que se estén calladitos porque sino hablará usted?
Lo ha dicho usted, no yo.
En fin... ¿Y ahora qué?
Ahora qué de qué.
Que qué va a hacer con su vida, me refiero.
Pues seguir mandando en mi cortij..., perdón, en Castellón, seguir ganando a la lotería, seguir presidiendo el puerto, el aeropuerto y el helipuerto... Seguir, en definitiva, viviendo como usted no podría ni soñar, pedigüeño.
Ha sacado usted dos temas que me gustaría tratar para finalizar.
Seguro que a mí no me gustan.
Seguramente. ¿Cómo es que le toca tanto la lotería?
Soy un tipo afortunado.
Un tipo afortunado que desafía las leyes de la estadística y las probabilidades.
Ése soy yo, piltrafilla.
Y su aeropuerto sin aviones.
No sé quién ha dicho que no tenga aviones.
???
En el despacho que tengo allí hay un montón de maquetas de aviones para que jueguen mis nietos cuando vienen.
Me refería a aviones que vuelan.
Éstos vuelan.
Y que lleven pasajeros.
Éstos llevan Clicks de Famóbil.
No me vacile, ¿eh?
Es que es usted tan cándido...
Pues nada. Me gustaría decirle que me sabe mal su condena, pero es que no me sabe.
Ni a mí que sea usted un mendigo, ya que estamos sincerándonos.
Por cierto, llevamos unas gafas de sol muy parecidas.
Lo dudo: las mías son de oro, titanio y platino y tienen incrustaciones de diamantes nigerianos. ¿Las suyas?
Me refería a la forma de las gafas.
La forma de las gafas, la forma de las gafas... ¿A quién coño le importa la forma de las gafas, desharrapado?
Venga, señor Fabra, adiós.
Adiós, muerto de hambre.
Juro que si, aunque sólo sea un día, entra en la cárcel me beberé una botella de Jack Daniel’s pa’ celebrarlo. Que sea un mafioso, bueno; que sea un delincuente, vale; pero es que es taaan gilipollas...
