¿Hola?

¿Justin?
¿Quién es? (Aviso: no es que Justin hable castellano –de hecho a duras penas habla inglés–, es que he contratado al profesor de Ana Botella, que el hombre está muy deprimido y con la autoestima por los suelos, de traductor simultáneo).

Un juntaletras que pregunta.
Ah... Yo soy un cantante súper famoso y súper rico.

Cantante ya no, ¿no?
¿Por qué?

¿No te has retirado?
Ay, sí, es verdad, que se me olvida.

¿Se te olvida que te has retirado?
Bueno, sí; es que me he retirado y no me he retirado, ¿sabes?

Explíquesemele.
Es cosa de mi representante: digo que me retiro un tiempo y, cuando regrese, vendo muchos más discos mucho más caros y hago muchos más conciertos mucho más caros también.

Por mí bien, entiéndeme, pero no sé si deberías explicarme esto.
Da igual; mis fans se lo tragan todo.

Vete con cuidado, que las beliebers de ayer son las directioners de hoy y las veteasaberqué de mañana.
Mis fans son fieles y me esperarán.

Ya, ya... En fin... Que te detuvieron el otro día, parece.
Parece no: me detuvieron.

¿Cómo fue, exactamente?
Es que ahora soy un tío súper malo y súper peligroso, ¿sabes?

Uy, sí, qué miedo.
Oye, que ahora me drogo y todo. Soy el nuevo Sid Vicious.

No flipes, hombre, que sólo te habías fumado cuatro porros.
Pues eso: droga. Soy súper marginal, ¿verdad?

Por cierto, ¿de qué te reías cuando te hacían las fotos para la ficha policial?
De mi representante, que ponía caras graciosas.

¿Estaba contigo?
Siempre está. Ahora está.

Hay gente que piensa que se te está yendo el asunto de las manos. Personalmente pienso que eso es una tontería porque no creo que hayas tenido nunca el asunto en las manos.
Lo tengo todo controlado, no pasa nada. Lo puedo dejar cuando quiera.

¿El qué?
No sé; mi representante me ha dicho que diga esto cuando me pregunten cualquier cosa.

Quizás debería entrebestiar a tu representante en vez de a ti.
Quizás.

A partir de ahora...
A partir de ahora, pues eso: ahora hemos difundido unas fotos en las que le chupo un pezón a una stripper, después tendré un tormentoso romance sadomaso con Miley Cyrus, más tarde me pillarán meando en el Muro de las Lamentaciones de Jerusalén, luego saldrá una filmación en YouTube en la que le meto un bate de béisbol por el culo a un tipo que se parece a Obama... Cosillas.

Y luego el regreso triunfal.
Sí, en principio sí, pero mi representante empieza a tener dudas.

¿Y eso?
Dice no sé qué cosa de que los muertos venden más que los vivos. A veces me da miedo.

Debería dártelo.
A veces me pregunta cosas como: “¿Qué tal toleras la cicuta?”; o “¿No te gustaría hacer puenting sin cuerda?”; y así. Pero es un tío majo, yo lo aprecio. Me regala cosas y me da consejos.

¿Consejos como “pégate un tiro en la sien” o algo así?
No, consejos de vida. Por ejemplo, ayer me regaló una jeringuilla de plata y me dijo: “La heroína no es tan peligrosa como dicen”.

Jodeeer... ¿Me puedes pasar a tu representante un momento, por favor?
Es que ahora está muy ocupado colgando una soga del techo.

¡Huye, Justin, huye!
¿Por qué? Seguro que es para colgar la chaqueta o algo así.

Tú verás. Pues nada, ya iremos viendo cómo te va lo que te queda de vida.
Estaréis entretenidos, os lo puedo asegurar.

No lo dudo. Hasta otra, si es que hay otra.
Adiós, juntaletras. Ha estado bien. ¿Quieres que te envíe una puta o algo?

No, gracias, que ya he desayunado. Adiós, Justin.
¡Sexo, droga y pop!

Si Sid Vicious levantara la cabeza...