Digasemelé.

¿Isabel?
¿Quién es?

El Juntaletras. Hablamos hace un tiempo, cuando lo del desmayo sobreactuado y tal (leer).
Ah, sí... ¿Y qué quiere?

Preguntar, como siempre.
Bueno, va; pero una cosa rapidita, ¿eh?, que me estoy preparando la ropa, el neceser y esas cosas.

Ya tiene asumido que va a entrar en prisión, veo.
¿Prisión? Me voy de vacaciones a Cancún, que he hecho un par de conciertos y estoy agotada.

Pero que no, oiga, que tiene que entrar en la cárcel.
Que nooo, Juntaletras.

Que sí, oiga, que ya solo queda un último trámite y después se va pa’ dentro.
Mi abogado me dice que tranquila, que no entraré.

Su abogado la engaña.
Porque usted lo diga.

¿No lee usted la prensa?
¿Prensa? ¿Leer?

Déjelo. Insisto: le quedan a usted días para entrar en la cárcel.
¡La la la la la la la! ¡No le escucho! ¡La la la la la la...!

Negarlo no va a hacer que no suceda.
¡La la la la la la la la...! ¡No oigo nada!

Mire que, para estas cosas, si está uno mentalizado mucho mejor.
¿Para qué?

Para entrar en la cárcel.
¡La la la la la la la...!

Vale, no va usted a ir a la cárcel; pero imaginemos que va.
No puedo imaginarlo.

Haga un esfuerzo. ¿Qué ve?
Que todas salen a darme la bienvenida cantando ‘Marinero de luces’; y me tiran flores y me aplauden y...

Le he pedido que imagine estar en la cárcel, no en un concierto.
Eso hacía.

¿De verdad cree que va a pasar eso?
Que podría pasar. Estamos imaginando, le recuerdo.

¿Qué es lo que más echará en falta estando dentro?
Si estuviera dentro.

Si estuviera dentro.
Tomarme unos finitos con aceitunas gazpachas.

¿Más que a sus hijos?
¿Usted conoce a mis hijos?

No personalmente.
Esa suerte que tiene.

También le quería preguntar por eso: ¿no teme lo que pueda pasar quedando Paquirrín como responsable de la familia?
¿Responsable? ¡Ja ja ja! Qué salao eres, mi alma.

Insisto: ¿no teme dejar a esos chavales a su libre albedrío?
¿Albe qué?

Sin nadie que los ate en corto, me refiero.
Ya son mayorcitos.

Pasó no sé qué con su hija, ¿no?
Luego soy yo la que no leo prensa.

No tengo tiempo para según qué, compréndame.
Pues nada, que la niña me ha salido tonta como una piedra, pobre. Pero esto no lo ponga, ¿eh?

No, nooo, por supuesto. ¿Más que Paquirrín?
No le gusta que le llamen Paquirrín.

Ya, pero, ¿la niña es aún más tonta que Paquirrín?
Pues habría que hacer un estudio o algo, pero así a bote pronto me parece que sí. Pero, repito, esto no lo ponga.

Descuide, soy una tumba.
Gracias.

No hay de qué. Literalmente, en este caso.
¿Qué?

Nada, nada... Pues eso, que le sea leve en la cárcel, doña Isabel.
¡La la la la la la...!

La llamo cuando salga.
¡La la la la la la la...!

Venga, adiós.
¡La la la la la la la la la la la...!

Cuando esté dentro de verdad va a ser un shock, ya verás.