¡Ho ho ho...!

Sí, hola; ¿Santa Claus?
Sí.

Soy un Juntaletras.
Hombre, Juntaletras, qué tal... Ya te conozco. Os conozco a todos.

No sé si decir qué bien o qué mal.
En tu caso es qué mal.

Me lo temía. ¿Puedo preguntar?
¿Tiene que ser precisamente hoy?

Hombre, es el día más adecuado...
Será para ti. Yo trabajo, ¿sabes?

Pero empieza a la noche
Igual te crees que los regalos se preparan solos.

Los preparan los elfos, ¿no?
Pero alguien tiene que supervisarlos. Además, no queda tanto para que tenga que empezar a repartir por Australia.

¿Pregunto o no pregunto?
Bueeeno, vaaa... Pero rápido, ¿eh?

Cinco minutos, lo juro. Para comenzar, ¿cómo debo llamarlo?; ¿Papá Noel?; ¿Santa Claus?; ¿Santa?
Como quieras. En realidad yo me llamo Janssen.

¿Janssen?
Soy escandinavo. ¿Qué esperabas, que me llamara Manolo?

No, esperaba que se llamara Claus, como mínimo.
Pues no: es Janssen.

¿Y lo de Santa Claus de dónde viene?
Y yo qué sé, oye. Pregúntaselo a la Coca-Cola, que fue la que se lo inventó.

Lo dejaré en Señor Claus porque lo de Señor Santa no me acaba de sonar bien, si le parece.
Me la repampimfla, la verdad.

¿Preparado para esta noche?
Me preparo todo el año para esta noche.

¿Preparación física?; ¿entrenamientos con los renos?; ¿manejo del látigo?
Preparación psicológica.

¿Para?
Para trabajar, para qué va a ser.

Es un día al año, no se va a herniar ni nada, señor Claus.
Quita, quita... Qué estrés... Con lo bien que se está en casa con la chimenea y eso.

Hay gente que tiene que ir a trabajar cada día.
Porque deben estar locos o algo, a mí qué me cuentas.

En todo caso hay que reconocer que repartir esa cantidad de regalos en una sola noche, por muy larga que sea la noche, tiene su mérito.
Ya, bueno... En realidad, como te he dicho, yo solo lo coordino todo.

¿Y quién reparte?
Coño, los elfos, que para eso les pago.

O sea, que lo de bajar por la chimenea y tal, una leyenda urbana, vamos.
No del todo: cuando era joven bajaba por las chimeneas y eso, pero ahora, con esta barriga, me quedaría atascado en la primera.

Tal vez si hiciera algo más que coordinar tendría menos barriga.
Y entonces tendría que volver a bajar por las putas chimeneas. Ya me está bien así.

Ya. ¿Los renos bien?; ¿Rudolph?
¿Rudolph? ¿Tú te crees que los renos son eternos o algo? Rudolph murió hace años. Ahora ya vamos por Rudolph XXIV.

Pobre Rudolph...
Sí, pobre... Pero qué rico estaba, el jodío.

¡¿Se comió usted a Rudolph?!
¿Tú has probado alguna vez el reno volador, Juntaletras? Está buenísimo.

Estoy en estado de shock.
Siempre has sido de conmoción fácil.

En fin... En realidad a mí me interesa de verdad solo una cosa.
Dispara.

¿Calcetines otra vez?
Los calcetines son muy prácticos, Juntaletras.

Quizás, pero son muy aburridos.
¿Qué quieres que te traiga? ¿Un triciclo?; ¿un Madelman?; ¿un Scalextric?

No sé... Una tele, una PlayStation...
¿Una PlayStation? Que ya no eres un crío, Juntaletras, por favor.

¡Para matar zombis no hay edad!
Madura, Juntaletras, madura...

Que eso me lo diga alguien vestido así...
¿Tienes algo contra mi ropa?

No. Pero tampoco tengo nada a favor, para qué le voy a mentir.
Pues mira: este año ni calcetines.

Casi mejor, en serio, que ya no sé dónde meterlos.
Pues muy bien.

Pues nada: feliz jornada, señor Claus.
Tú no la verás.

Venga, hasta el año que viene entonces.
Si te portas bien.

Pues hasta cuando sea.
¡Ho ho ho...!

Objetivo cumplido: este año no habrá calcetines. Qué alivio, oye.