¿Sí?; ¿hola?

¿Melchor?
No.

¿Gaspar?
No.

Baltasar pues.
¡Muy bien! Veo que, quien seas, eres un genio.

Soy el Juntaletras.
¡Hombre, Juntaletras! Cuánto tiempo sin saber de ti...

Hombre, porque llevan ustedes lustros sin pasar por casa. Sin acritud lo digo.
Pórtate bien y pasaremos.

Es que ni carbón, oiga.
Carbón, dice, que no está caro ni na’.

Da igual... ¿Gaspar y Melchor están por ahí?
Por aquí están, sí. Estamos haciendo los últimos preparativos.

¿Podría poner el manos libres?
¿Para?

Para poder preguntarles a los tres.
Coño, Juntaletras; ¿tiene que ser hoy precisamente? Que vamos de culo, hombre.

Es que llamarlos en agosto me parece tontería.
Está bieeen... ¡Melchor, Gaspar! ¡El Juntaletras, que nos quiere preguntar cosas!
(¡Jodeeer! ¿Tiene que ser hoy?)
¡Eso le he dicho yo, pero insiste!
(¡Que tío más pesao, en serio! ¡Ya vamos!)
Ahora vienen.

Gracias.
(...)
Ya estamos todos.

Buenos días, Sus Majestades.
Melchor: Hola, Juntaletras.
Gaspar: Qué hay, tú.

Pues nada, básicamente yo quería saber qué hacen los Reyes Magos el día de Reyes.
M: Pero, ¿este chico es tonto o qué le pasa?
Baltasar: Cuanto antes contestemos antes acabaremos.
M: Ya, pero es que es burro.

Oigan, que les estoy oyendo.
G: Ya contesto yo. Trabajamos, Juntaletras, trabajamos.

No, si ya. Soy burro pero no tanto. Pero hay muchas formas de trabajar. Es decir: puede tener uno que recorrerse el mundo en camello o puede organizarlo todo sentado tan ricamente desde un centro de control en Oriente.
G: Pero este chaval, ¿se droga o algo?
B: Pareces nuevo, Gaspar. Se droga desde que tiene uso de razón.
M: Una vez, cuando aún se portaba bien, le dejamos un kilo de codeína, ¿no te acuerdas?
G: ¡Ah, sí!

¿Alguien me contesta, si pudiera o pudiese ser?
B: ¿Cuál era la pregunta?

Jodeeer... Que cómo se lo montan hoy para repartir regalos por todo el mundo.
M: Somos magos, Juntaletras.

Que ni se mueven de casa, dice.
M: Pero qué tonto es, en serio.
G: Respóndele ya, Melchor, o no acabaremos nunca.
M: Sí nos movemos de casa, Juntaletras. No solo nos movemos, sino que además nos desdoblamos.

Coño, qué chulo. ¿Y cómo comprueban quién se ha portado bien o mal?
B: Porque tenemos una red de espías que ni la CIA y el KGB juntos.

Debe ser una locura logísticamente hablando, supongo.
M: Pero este tío... Le he dicho ya que éramos magos, ¿no?
B: Se lo has dicho, sí.
G: Que además tener que explicarlo a estas alturas ya tiene tela.
B: Mucha tela.

Es igual, ya me hago a la idea. Otra cosa que me interesa es saber cómo fue el día del nacimiento en el pesebre y tal.
G: ¿Nadie te lo ha explicado nunca, Juntaletras?

Sí, pero quería oír la versión de primera mano.
M: ¿Tenemos que aguantar a este tipo mucho rato?
B: Ya se lo explico yo, va. Mira, Juntaletras: después de seguir una estrella durante días, llegamos al pesebre en cuestión. Era un 17 de noviembre del año 5 antes de Cristo. Lo recuerdo porque...

Perdone, perdone... ¿Ha dicho usted 17 de noviembre del 5 ac?
B: Efectivamente.

Y lo del 25 de diciembre, ¿de dónde sale?
G: Ni pajolera idea, Juntaletras. Lo único que podemos asegurar es que era 17 de noviembre.

Y... ¿Cristo nació el año 5 antes de Cristo?
M: Sí.

Dios mío, es como estar en Matrix.
B: ¿Algo más, Juntaletras? Tenemos trabajo, te recuerdo.

Solo una última cosa: ¿es legal que te cambien de rey a media vida?
B: No entendemos, Juntaletras.

Es que mi rey de pequeñito era Baltasar, y un día por la cara me cambiaron a Gaspar. ¿Eso se puede?
M: Lo que yo os diga: este tío es gilipollas, en serio.
G: ¿Tienes algo en mi contra?

Para nada, aparte de que hace años que no pasa por casa. Pero a mí Baltasar ya me estaba bien.
M: Acabemos ya con esto, ¿no?
B: Juntaletras, majo: ¿si te volvemos a llevar regalos nos dejas en paz?

Inmediatamente.
B: Pues venga, déjanos cava y turrón o algo que esta noche pasamos.

Eso me crea otra cuestión.
G: Pues elige: pregunta o regalos.

Para que me dejen calcetines prefiero preguntar, la verdad. ¿No acaban ustedes empachados y/o borrachos si en todas las casas les dejan algo?
M: Pero... ¿cómo puede ser que el lerdo este aún no haya entendido que somos magos?
B: Siempre ha sido limitadito, qué se le va a hacer.
G: Le podíamos llevar un libro de sudokus o algo, para que ejercite la mente y tal.
M: Habíamos quedado en no tirar más dinero en casos perdidos, Gaspar.
G: Ya, pero es que me da lastimica, tan burro, el pobre.

Oigan, insisto en que puedo oírles.
M: Pues cuelga y así ya no podrás.

Eso voy a hacer, me parece. En fin, que sea leve la noche, Majestades.
M: Y a ti la vida, tonto.
B: Eso no es necesario, Melchor.
M: Pero si es tonto...
B: Pero no hace falta ser cruel, hombre.
G: Pues yo estoy con Melchor. Si es tonto, es tonto y ya está.
B: Vosotros porque no sois negros y no sabéis lo que es sentirse marginado.
M: Ya estamos con la cancioncilla victimista. Supéralo ya, Baltasar, supéralo.
B: ¡Eres un viejo insensible!
M: ¡Buaaa, buaaa!

Yo les voy a dejar ahí con sus cosas que aún se van a matar entre ellos y me van a echar a mí la culpa. Venga, hasta luego.