Hola...

¿Cristina?
Yo.

Soy un juntaletras que pregunta.
Ah... Qué triste, ¿no?

No lo sabes tú bien. ¿Puedo?
¿El qué?

Preguntar.
Sobre el vestido de Nochevieja, ¿no?

Bueno, más sobre el revuelo provocado por el vestido de Nochevieja que sobre el vestido en sí.
Qué quieres que te diga... La gente, que no tiene vida propia y se aburre o algo. ¿A ti qué te pareció?

Yo de vestidos no entiendo.
Pero alguna opinión tendrás.

Por mí podrías salir vestida así cada día, la verdad.
¿Ves? Una persona normal.

Hombre, normal normal... No exageremos, tampoco.
Mucha envidia, es lo que hay. A los que me critican lo que les pasa es que ni en mil vidas podrían ponerse un vestido así.

Yo no, desde luego.
¿Lo ves?

Pero yo no te critico.
Ah, bueno.

Fuiste, junto a las campanadas interruptas de Canal Sur, la comidilla del día 1.
¿Y lo ves normal?

Yo es que he decidido desistir de averiguar lo que es normal y lo que no, con sinceridad.
Pues no, no es normal.

Es cierto que dejaba poco para la imaginación.
Repito: porque puedo. Que nadie se preocupe, que cuando tenga 75 años no me lo pondré. O sí, vete tú a saber.

Hay gente que dice que, bueno, que habían niños mirando y tal y cual.
Uuuy, sí, un shock irreparable, pobres niños. Cuando sean mayores le explicarán a su psicoanalista que todos sus traumas vienen de verme a mí con mi vestido. Nos ha jodío...

Resumiendo: que te la pela lo que digan.
Mayormente.

A mí con tu físico también me la pelaría, la verdad.
Pues eso.

Una curiosidad.
Dime, Juntaletras.

¿Es cierto que no tienes novio?
Absolutamente.

Será porque no quieres.
No, es porque todos los hombres sois unos cobardes y os tiemblan las rodillas cuando os acercáis a menos de diez metros.

No seré yo quien lo desmienta.
¿Tú tienes novia? Pareces majo.

Te diría aquello de “Ay, si tuviera veinte años menos...”, pero mentiría como un bellaco: si tuviera veinte años menos, me temblarían las rodillas como a cualquiera.
Qué cobardes sois, por favor.

Ya.
Aunque tú al menos lo reconoces.

Como para no reconocerlo.
¿Vives por Madrid?

No.
Lástima.

¿Sabes? Mi vida está marcada por las Cristinas. Mi madre se llama Cristina, mi hermana se llama Cristina, otras Cristinas que ha habido por ahí se llamaban Cristina...
¿Será una señal? ¿En serio no vienes nunca por Madrid?

Alguien habrá por Madrid a quien no le tiemblen las rodillas, ¿no?
Pues no parece, así que ya me conformo con que no sea imbécil.

Si sales a la calle con el vestido de Nochevieja, alguien aparecerá, digo yo.
Seguramente, pero preferiría que el agraciado no fuese un asesino en serie o un violador, sinceramente.

Ya... Pues nada, Cristina, suerte.
Igualmente. Di algo si vienes por aquí.

Vale.
No lo harás, ¿verdad?

Es que me temblarían las rodillas.
Cobardes...

Hasta luego.
Chao.

Y ahora viene cuando suelto la fantasmada: Aaay, si tuviera veinte años menos...