ENTREBESTIA CON...

 

Jean-Marie Le Pen

 

 

 

05/05/2015

Allons enfants de la patrie...!

Qué versión más chunga de La Marsellesa tiene este señor en el contestador...
¡No es el contestador! ¡Soy yo cantando!

Coño, señor Le Pen, qué susto. Y qué bien habla usted español, por cierto.
¡Lo aprendí para insultar a los miles de españoles que vinieron a Francia cuando yo era joven!

Rectifico: qué bien grita usted el español, señor Le Pen. ¿Por qué chilla? Ya le oigo.
¡No grito! ¡Es mi tono de voz normal! ¡De hecho, hoy estoy afónico!

Pues gracias a Dios. Soy un juntaletras, ¿le puedo hacer un par de preguntas?
¡¿Son sobre mi hija?!

Acabará saliendo, para qué le voy a engañar.
¡Entonces sí!

Que tiene ganas, dice.
¡Cría cuervos!

Le han echado de su partido, señor Le Pen.
¡¿Me lo dice o me lo cuenta?!

Era una entradilla para que me hiciera una valoración, básicamente.
¡Pues que son unos cerdos traidores es mi valoración, evidentemente!

Que conste que a mí me da igual, pero si el partido va por la vida diciendo ‘A’, no puede usted ir a la suya diciendo ‘B’, ‘C’, e incluso ‘X’, ‘Y’ y ‘Z’, ¿no?
¡Es mi partido y digo lo que me da la gana, faltaría más!

Hombre, es que si su partido va intentando aparentar lo que no es, y usted va soltando cosas como que el holocausto fue un detalle de la historia, les deja en muy mal lugar.
Es que es lo que fue: un detalle de la historia.

Pues si el holocausto fue un detalle de la historia, ¿qué es Jean-Marie Le Pen en la historia?, ¿una anécdota?; ¿una caquita?; ¿nada?
¡Se está usted pasando, español subdesarrollado!

Yo solo pregunto sin malicia, oiga.
¡Y yo no tengo por qué responder! ¡Repito que es mi partido y digo lo que me sale de los bemoles!

Era su partido, le puntualizo.
¡Sin mí no existiría!

De acuerdo, pero parece evidente que va a continuar existiendo sin usted.
¡Por encima de mi cadáver!

Usted sabrá lo que pide.
¡Fundaré otro partido y se van a enterar!

¿Sí? ¿No cree que lo suyo es retirarse a relajarse en sus últimos días?
¡¿Últimos días?! ¡Me veo con fuerzas para aguantar, como mínimo, cuarenta años más!

No quisiera desengañarle, pero a usted no le quedan cuarenta años ni que se congele a lo Disney.
¡Duraré más que usted, español insolente!

Pero eso será porque igual salgo hoy a la calle y me atropella un trolebús, no porque vaya usted a durar hasta los 130 años.
¡Porque usted lo diga!

Dejémoslo. Ahora sí: Marine.
¡No sé quién es!

Su hija de usted, mayormente.
¡Yo no tengo hijas!

Sí, hombre, esa señora que dirige su partido ahora.
¡Le repito que yo ya no tengo hija!

¿Va a haber comida familiar las próximas Navidades en la familia Le Pen?
¡Lo que va a haber las próximas Navidades en la familia Le Pen es una ensalada de hostias, eso es lo que va a haber!

Si le pido que me lo grabe en vídeo no lo va a hacer, ¿verdad?
¡¿Es usted imbécil?!

Tenía que probarlo, entiéndame. Le voy a ir dejando, señor Le Pen...
¡Ya era hora, español mongólico!

He de decirle una cosa: solo Hitler me había gritado así.
¡Gracias!

No era un cumplido.
¡Me da igual!

Adiós, señor Le Pen.
¡Bailaré sobre su tumba, recuerde lo que le digo, Juntaletras!

Pues que se lo pase bien. Au revoir.
¡A la mierda!

Qué cosa, oye. No se le echará de menos, desde luego.

LeandroAguirre©2015

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