EL VAMPIRO

NOMBRE COMÚN: Vampiro.

NOMBRE CIENTÍFICO: Que le llamáramos a las cuatro de la madrugada y nos lo proporcionaba, nos dijo, pero nosotros a esas horas dormimos, como el lector comprenderá. A las cuatro, dice. Pero si a esas horas no han puesto ni las calles, por el amor de Dios.

CARACTERÍSTICAS: Aclarar desde un buen principio que un Vampiro como especie humana no es un vampiro como los que salen en las películas. Sabemos que es una obviedad, pero es que hay gente muy despistada y muy imaginativa por ahí. Los Vampiros como especie no beben sangre, no atacan a las gente con unos colmillos descomunales, ni por supuesto son inmortales, aunque sí comparten ciertas características con los vampiros mitológicos, y de ahí el nombre.
Por ejemplo, son gente delgada y muy pálida. Enfermizamente pálida teniendo en cuenta que, paradójicamente, no sufren ninguna enfermedad. También es cierto que parece que los Vampiros sólo salen al exterior de sus viviendas de noche, o al menos cuando el sol ya no está en lo alto. Cuando, por lo que sea, un Vampiro debe salir a la calle a pleno día, siempre lo hará con la piel protegida y caminando de sombra en sombra y tiro porque me toca.
Hay otra cualidad importante que los Vampiros comparte con los vampiros: son muy raros. Ya, sabemos que eso es un término etéreo y bastante poco científico, pero hemos estado deliberando sobre qué palabra usar y hemos llegado a la conclusión de que ésa es la que el lector podría entender mejor. Muy raros, en serio. ¿Qué hacen? Nada en especial, pero son muy raros. No sabemos explicarlo de otra forma.

TIPOS: En el caso de hoy la diferencia entre las clases de Vampiros es simplemente física, aunque como siempre son dos. Tenemos por un lado al Vampiro Pálido, que puede parecer una redundancia pero que no lo es cuando se conoce al segundo tipo de Vampiro: el Vampiro Transparente. Efectivamente, son Vampiros que van más allá de la palidez y, directamente, son translúcidos. En mayor o menor medida, pero se puede ver a través de ellos, en serio. Dan bastante grima, ciertamente.

HÁBITAT: Lo sentimos si alguien se había hecho ilusiones, pero no viven en ataúdes ni esas cosas. Eso sí, en su casa la luz está prohibida hasta pronunciarla. La imaginación popular los coloca en cuevas y lugares así, pero eso es una tontería. Son Vampiros, sí, pero no unos guarros que no se duchan ni unos retrasados tecnológicos que no ven la tele o no usan el ordenador. Raros, sin duda, pero solo hasta un cierto punto.

ALIMENTACIÓN: Pues no se sabe, porque jamás se les ve ingiriendo alimento sólido alguno. Y nooo, tampoco es sangre, hombre. Se supone que algo comen, claro, pero en todo caso son todo discreción con respecto al tema.

APAREAMIENTO: Mientras se siga el ritmo horario del Vampiro y te atraiga la gente extremadamente delgada, parece ser que el Vampiro se aparea con normalidad. Cuentan los que han vivido la experiencia que al principio dan un cierto repelús, pero que al final todo suele transcurrir normalmente. Y nooo, pesados, no les succiona la sangre a sus parejas ni nada por el estilo.

COMPATIBILIDADES: Sólo con especies de vida nocturna como el Raveman, el Diyei, o el Revientapistas. Con el resto no se tiene por qué llevar necesariamente mal, pero es que, al no coincidir, cualquier relación es prácticamente imposible.

INCOMPATIBILIDADES: Con los Damesol, los Luzesvida o los Docehorasenlaplaya especialmente. Aunque, repetimos, como sus respectivos ritmos biológicos no coinciden ni que haya un cataclismo, las posibilidades de conflicto son muy reducidas, por no decir nulas.

CONCLUSIÓN: ¡Que no, que no se convierte en murciélago ni hay que matarlo clavándole una estaca en el corazón! Pedimos perdón por el grito, pero es que hay gente muy cansina, de verdad.

LeandroAguirre©2013 (revisión 10/02/2015)

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