NOMBRE COMÚN: Apático.
NOMBRE CIENTÍFICO: El lector lo puede imaginar: que si "no me apetece buscarlo", que si "luego os digo algo", que si "es que ahora estoy muy ocupado mirando un documental sobre termitas", que si no nos cogía el teléfono de pura desidia... Y así. Que conste que nosotros lo hemos intentado.
CARACTERÍSTICAS: No creemos necesaria demasiada explicación. El Apático es una especie a la que domina, obviamente, la apatía. Casi cualquier especie humana, excepto el Hiperactivo y alguna más, puede tener sus momentos, e incluso sus etapas más o menos largas de apatía, pero el Apático es apático siempre, desde que nace hasta que muere y desde que se levanta, si se levanta, hasta que se va a dormir. Hay incluso quien afirma que el Apático es apático incluso durmiendo, porque, por no molestarse, no se molesta ni en roncar ni en soñar, pero eso es algo que aún está en estudio.
El Apático puede llegar a ser desesperante, porque mostrarte apático para ir al cine o para limpiar los platos puede incluso ser entendible, pero ser apático cuando, por ejemplo, se te está quemando la casa ya es más difícilmente comprensible para el resto de especies. ¿Lo bueno del Apático? Que su apatía le impide casi en el 100% de los casos hacer algo malo o fastidiarle la vida a los demás. Tampoco son capaces de hacer algo bueno o de facilitarle la vida al resto de fauna humana, cierto, pero teniendo en cuenta la cantidad de, con perdón, cabrón que ya hemos estudiado hasta la fecha, una especie como el Apático, que está ahí y no molesta, se acaba agradeciendo.
TIPOS: Largas discusiones en el equipo de Fauna Humana sobre el tema, pero finalmente hemos concluido que eran dos. Por una parte tenemos al Apático Apático, que es un Apático con, gramo arriba gramo abajo, las características que hemos enumerado anteriormente. Son apáticos, sí, pero más o menos van funcionando.
Pero luego está el Apático Vegetal, que simplemente es un misterio saber cómo continúa viviendo. Se documentan expedientes en los que médicos de dilatada experiencia han sido incapaces de encontrarle el pulso o los latidos del corazón, e incluso la respiración, a un Apático Vegetal, en un caso absolutamente único dentro de la fauna humana. ¿Se puede afirmar que estén muertos? Indudablemente no, porque no se descomponen y, a veces, realizan minúsculos movimientos, pero afirmar que estén vivos también es, científicamente hablando, una temeridad. Y ahí están, en un limbo entre la vida y la muerte del que no disfruta, o sufre, ninguna otra especie.
HÁBITAT: Como se puede presuponer, les da absolutamente lo mismo. Es decir: un Apático es exactamente igual de apático si está tumbado a la bartola en una playa desierta y paradisíaca que si está en primera línea de fuego en el frente de una guerra. Y ya.
ALIMENTACIÓN: Pues eso: que como se va a mostrar igual de apático tanto si le pones unas acelgas con acelgas de guarnición como si le sirves una mariscada, lo mejor es ser práctico e ir a por lo más barato. Que hagáis acelgas si un día tenéis como invitado a un Apático, vamos.
APAREAMIENTO: Se tumban, se dejan hacer, y santas pascuas. Que nadie espere más que eso en un apareamiento con el Apático. Y porque, como sucede con el corazón y los pulmones, hay cosas que funcionan solas, porque de otra forma sería totalmente imposible en la mayoría de casos de Apáticos macho.
COMPATIBILIDADES: La apatía del Apático le impide incluso tener compatibilidades e incompatibilidades concretas. Eso sí, al resto de especies no tiene por qué pasarles lo mismo con ellos, así que como compatibles nombraremos a los Yahabloyo o los Dejameamí. Al Apático ellos se la traen al fresco, claro.
INCOMPATIBILIDADES: Los anteriormente citados Hiperactivos, los Antesmuertosquequietos o los Rápidos no se llevan nada bien con el Apático, pero si alguien cree que eso le hace al Apático temblar el pulso es que no ha comprendido del todo la esencia de esta especie.
CONCLUSIÓN: Ahí está.
