NOMBRE COMÚN: Desagradabilísimo.
NOMBRE CIENTÍFICO: No podemos reproducir lo que nos dijo cuando lo llamamos por lo, evidentemente, desagradable y soez que fue con nosotros. Podríamos haberlo enviado a tomar por saco, pero somos unos profesionales entrenados para estas circunstancias y nos mantuvimos dignos. Con ganas de matarlo, sí, pero dignos.
CARACTERÍSTICAS: Si hace unas semanas estudiábamos al Agradabilísimo, no podíamos dejar de hacerlo con su opuesto en la Fauna Humana, el Desagradabilísimo. No es muy difícil, ni quizás muy necesario, describir las características de esta especie: básicamente son especímenes cuyo único objetivo en la vida es ser y mostrarse desagradable con el resto de especies humanas.
Por poner algunos ejemplos prácticos, si a un Desagradabilísimo le das los buenos días te puede contestar algo como “Que te den”; si le comentas lo guapo o guapa que está ese día, te dirá algo así como “Pues tú estás horrible”; si le cocinas con la mejor de tus intenciones comentará como quien no quiere la cosa que en los campamentos de refugiados comen ranchos mejores; y si le muestras esa nueva chaqueta que te has comprado y que tanto te gusta opinará, en el mejor de los casos, que el color es nauseabundo y que, además, te sienta como el culo. Una especie muy desagradable, ciertamente, pero también, y que se nos perdone la vulgaridad, una pandilla de gilipollas.
TIPOS: Tras reñida votación, en Fauna Humana concluimos que son dos: el Desagradabilísimo Desagradabilísimo y el Desagradabilísimo Desagradabilísimo Desagradabilísimo. ¿Diferencias? Pocas, la verdad. Mientras al primero entran ganas de matarlo al segundo entran ganas de matarlo para después mearse encima. Es todo más filosófico que empírico, así que, si os cruzáis con un Desagradabilísimo en vuestro camino, no hace falta que perdáis un solo segundo de vuestra vida intentando descubrir si es de un tipo u otro. En todo caso, después de matarlo os meáis encima igualmente por si acaso y santas pascuas.
HÁBITAT: Paradójicamente, un ser tan antisocial como el Desagradabilísimo necesita a la sociedad como el aire que respira para ejercer su desagradabilismo, porque ponerse a ser desagradable con uno mismo frente al espejo no produce, se ve, la misma satisfacción que ser desagradable con los demás. Así pues, el hábitat le da un poco lo mismo al Desagradabilísimo mientras haya fauna humana con la que ser desagradable.
ALIMENTACIÓN: Esté bueno o malo, le guste o no le guste, los comentarios del Desagradabilísimo sobre lo que está ingiriendo van a ser desagradables, así que recomendamos que, si por lo que sea se le tiene que dar de comer a un Desagradabilísimo, se le ponga en el plato mierda o algún equivalente, porque para el agradecimiento que va a mostrar si le pones gambas o solomillo no vale la pena el gasto, sinceramente.
APAREAMIENTO: Con las especies compatibles, que son muy pocas, y ya está. Y es que, claro, estar en pleno acto y escuchar cosas como “Qué mal lo haces”, “Qué gordo estás” o “Qué asco de lunar tienes en el culo” pues no es lo que más le apetece a la mayoría de especies humanas mientras copulan, está claro.
COMPATIBILIDADES: Con el Masoca, con el Insúltame y poco más. A ver: una especie que va por ahí insultando, menospreciando y siendo desagradable con los demás lo que no puede esperar es que le den el Nobel a la persona más popular del año, ¿no?
INCOMPATIBILIDADES: Con casi todas las especies humanas excepto las anteriormente indicadas. Como hemos dicho, unas quieren matarlos y otras quieren matarlos y mearse encima, pero no vamos a andarnos ahora con matices.
CONCLUSIÓN: ¿Hemos dicho ya que son para matarlos y mearse luego encima? Pues eso.
