NOMBRE: Salvador Allende.
ÉPOCA: Una en la que ser socialista o comunista en la América Latina era un serio riesgo para la salud.
CURRÍCULUM: Salvador Allende fue presidente de Chile desde el 1970 hasta tal día como hoy de hace cuarenta años, es decir del '73. ¿Y qué pasó el 11 de septiembre de ese año? Pues que el Ejército chileno, comandado por Augusto Pinochet, a quien ya analizamos en otro capítulo de la Infrahistoria, realizó un golpe de estado y acabó con el gobierno legítimo de Allende.
La llegada de Allende a la presidencia no fue fácil. Primero porque representaba a la Unión Popular, que aunque suene muy bien y muy unido era la suma del partido socialista, que era el suyo, del comunista y de unos cuantos más, por lo que, claro, cada partido tenía su propio candidato al que promocionar, y ganarse el derecho a ser presidenciable no era una tarea sencilla, aunque, finalmente, y con el apoyo comunista, Allende fue el candidato.
El segundo problema era, evidentemente, el partido opositor en las elecciones, que en principio era el favorito para ganar los comicios. Pero el susodicho partido opositor de derechas decidió facilitarle el camino a Allende presentando a un candidato muy anciano del que se rumorea que además sufría de párkison. Y lo de presentar es un decir, porque se ve que el hombre estaba en tan mal estado que ni mítins hicieron, por lo que Allende fue, a pesar del Ejército y a pesar de EEUU, proclamado presidente de Chile. Comenzaba la era socialista en Chile.
Pero fue una era tirando a corta, la verdad, pues en menos de tres años tanto el Ejército chileno como los EEUU se pusieron manos a la obra y derrocaron a Allende tras el ya histórico e infame asalto al Palacio de la Moneda, donde murió el presidente. A partir de ahí comenzó la era Pinochet, que, lamentablemente para Chile y para el género humano, no fue igual de corta que la era de Allende.
MOMENTAZOS:
–¡Más ministros, es la guerra! Supongo que, como eso de Unión Popular eran muchos partidos juntos, era complicado repartir los cargos, pero la cuestión es que en sólo tres años Allende tuvo una cantidad de ministros impresionante. Sólo ministros del Interior tuvo nueve, lo que tiene más mérito aún del que parece porque durante los dos primeros años estuvo el mismo. También fueron siete los titulares del Ministerio de Minería o seis los de Obras Públicas y Transportes. Allí, se ve, el puesto de ministro era de una inseguridad laboral semejante a la de España en general ahora. Es una exageración, ya lo sé, porque lo de España ahora es insuperable, pero ya me entendéis.
–Gringos. Los EEUU consideraban más que suficiente tener a Fidel frente a las playas de Miami y no les entusiasmaba demasiado la idea de tener más gobiernos socialistas y comunistas en el continente americano, así que durante aquella época hicieron todo lo posible y todo lo imposible para que eso no sucediera. Si se tenían que derrocar gobiernos democráticamente elegidos, se derrocaban. Si se tenían que financiar a candidatos específicos, se financiaban. Si se tenían que ayudar a guerrillas, contraguerrilas y recontraguerrilas, se ayudaban. Y si se tenían que apoyar dictaduras fascistas, se apoyaban. Así que podéis imaginar que el papel de los gringos en Chile tampoco fue el de observador imparcial precisamente. Sí, éstos son los garantes de la democracia en el mundo, efectivamente. Y así nos va, claro.
–Versiones. Gran controversia con respecto a la muerte de Allende. Mientras una de las versiones, la que mantuvo la izquierda durante muchos años, era que el presidente había sido tiroteado por los militares a su entrada en el Palacio de la Moneda, la otra afirma que el presidente, al ver aquello más perdido que Madrid unas elecciones olímpicas, ordenó a los suyos deponer las armas, tras lo cual agarró un AK-47 y se disparó bajo la barbilla reventándose el cráneo. En todo caso, ¿importa demasiado? Me refiero a que lo verdaderamente importante es que Allende murió y Pinochet no. Bueno, sí, murió, pero muchos años después. Demasiados años después, para mi gusto.
EPÍLOGO: Presidente.
