EVA PERÓN

NOMBRE: María Eva Duarte de Perón.

ÉPOCA: Una en la que los militares argentinos vivían sobreexcitados. Demasiado mate, se supone.

CURRÍCULUM: Eva Duarte, que pasó a la historia como Eva Perón e incluso sólo como Evita, era una actriz que un día conoció a un tipo con el que se acabó casando. Sería ésta una historia más entre millones de no ser porque el tipo en cuestión se llamaba Juan Domingo Perón y al año siguiente se convertía en presidente de Argentina, con lo que Eva se convertía a su vez en la Primera Dama del país sudamericano.
Aunque Eva Perón no fue una Primera Dama al uso, y mucho menos al uso de la época, cuando las anónimas mujeres de los presidentes eran eso: anónimas mujeres de presidentes. Pero Evita no quería ser un florero y se introdujo de lleno en la vida política del país. Y cuando digo de lleno, me refiero a de lleno. Por ejemplo, impulsó leyes para la igualdad de hombres y mujeres –como la ley de sufragio femenino o la inclusión en la Constitución Argentina de la patria potestad compartida– y también participó activamente en las negociaciones con los sindicatos. Además tenía tiempo libre para fundar el Partido Peronista Femenino y la Fundación Eva Perón, dedicada a los más desfavorecidos. No se sabe de dónde sacaba el tiempo Evita, pero la cuestión es que lo sacaba. Tan grande fue su popularidad, que los sindicatos y otros muchos querían que se presentara a vicepresidenta, algo a lo que ella finalmente renunció para no crear tensiones dentro del partido y esas cosas tan tontas que pasan en los partidos.
Todo terminó bruscamente con la muerte a los 33 años de Eva Perón a causa de un cáncer fulminante. Bueno, terminó de aquella manera, porque, como vamos viendo durante la Infrahistoria, no hay nada mejor que una muerte prematura, a poder ser violenta, para crear mitos. Y un mito es lo que es Evita para gran parte de los argentinos y hasta más allá, porque son innumerables las películas, los libros, las obras de teatro y hasta los musicales que sobre su figura se han realizado. Si Eva Perón hubiera cobrado los derechos de autor e imagen de todo eso, ríete tú de la fortuna de Bill Gates. Pero ríete. ¡Que te rías, hombre!

MOMENTAZOS:
–Duartismo
. Incluso sabiendo que cada país tiene sus costumbres y que la época no era la misma que ahora, cuesta entender por qué mujeres tan feministas como Eva Perón, y no es el único caso, utilizaba el apellido de su marido. Lo que me lleva a la siguiente reflexión: si Eva hubiera usado su apellido, ¿habrían ahora en Argentina peronistas o habrían duartistas?; ¿o quizás habrían ambas cosas? Sí, lo sé, es una de las preguntas más tontas y menos trascendentes de la historia de la humanidad, pero mi cerebro funciona cómo funciona, qué queréis que os diga.
–Madonna. Indignación causó en su momento entre muchos peronistas que Madonna fuera la protagonista de la película que sobre la vida de Evita realizó Alan Parker. Sin entrar a valorar ni la película ni la interpretación de Madonna, más que nada porque no he visto ese film, creo que, visto en perspectiva, hasta los peronistas más críticos debería estar contentos. ¿Por qué? Porque imaginaos que la película se hiciese en la actualidad: las protagonistas podrían ser... ¡Miley Cyrus o Lady Gaga! Y, claro, ver a una Evita con un metro de lengua fuera de la boca o maquillada como para una fiesta de Halloween hubiese sido mucho peor que lo de Madonna, a ver quién es el peronista que me lo rebate.
–‘Traveling Evita’. Como hemos dicho, lo mejor para convertirte en mito es morirte joven. Y si encima hacen con tu cadáver cosas truculentas, como es el caso, mejor que mejor. La cosa fue así: con la llegada de la dictadura que derrocó a Perón, el cuerpo de Evita fue secuestrado por un coronel, cuyo nombre paso de poner, al que no se le ocurrió otra cosa que introducirlo en una furgoneta y dar vueltas durante meses por Buenos Aires, estacionándolo en cualquier lugar, para acabar poniéndolo de decoración en su despacho. ¿Estaba el hombre bien de la cabeza? Me parece evidente que no, que estaba para encerrar. Hasta que alguien del régimen que tenía dos dedos de frente pensó que había que enterrar a Evita. Y la enterraron, sí, pero la enterraron en Milán porque, se ve, no encontraron un sitio más lejos. Unos años después uno de los tantos dictadores de Argentina ordenó que el cuerpo de Evita le fuera entregado a Perón, que se encontraba en Madrid. Y otros años después, el cuerpo de Eva Perón regresó definitivamente a la Argentina, donde, tras un par o tres de trasladillos de nada, pudo descansar en paz. En fin... Hay un montón de gente que en vida no viaja ni una cuarta parte de lo que Evita viajó muerta. Eso es así.

EPÍLOGO: Hillary Clinton es una aprendiz. Una aprendiz de chichinabo, por ser más concreto.

 

LeandroAguirre©2014

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