GERÓNIMO

NOMBRE: Goyaalé, Gerónimo.

ÉPOCA: Una en la que si eras nativo en América tenías menos futuro que el VHS en la actualidad.

CURRÍCULUM: Junto a Toro Sentado, el gran jefe indio por excelencia, sin duda. Nacido en territorio fronterizo entre México y EEUU, y llamado por su padre Goyaalé —que significa “el que bosteza”, porque se ve que Gerónimo de pequeñito mucho más que dormir todo el día no hacía—, fue bautizado como José Gerónimo, que no es el nombre más indio de la historia, está claro. Tras unos asuntillos familiares que luego os explico, Gerónimo se cabreó con los blanquitos y dedicó el resto de su vida a combatirlos, aunque sin demasiado éxito como se puede comprobar a día de hoy.
Eso sí, si de lo que se trataba era de tocarles los cascabeles, Gerónimo se los tocó como pocos. Como muestra aquel día que, junto a una treintena de apaches, se escapó de donde estaba retenido y el Ejército estadounidense envió la friolera de 5.000 soldados en su busca. No 100 o 200 tipos, no: 5.000. Y esa cifra se convierte en mostruosa cuando te explican que eso suponía un tercio del total de lo que era el ejército yanqui en aquellos tiempos. Es decir: uno de cada tres soldados americanos se ocupaba sólo de la caza de un único tipo. Ni Bin Laden tuvo tanto honor.
En fin... A pesar de todo, Gerónimo no ganó, fue apresado y pasó los últimos años de su vida entre una prisión y una reserva. Y así, los nativos americanos desaparecieron casi por completo del mapa, como anteriormente habían desaparecido casi en pleno los nativos de Centro y Sudamérica. El ser humano, especialmente si es blanco, es extraordinario, indudablemente.

MOMENTAZOS:
Cosillas.
¿Por qué se cabreó tanto Gerónimo? Na’, cosillas... Básicamente pasó que, un día como cualquier otro, llegó una gente blanca muy maja y muy sana, saludaron, y se cargaron a su mujer, a su madre y a sus tres hijos. Pim pam. Y a Gerónimo, raro él, aquello no acabó de sentarle del todo bien y juró vengarse de toda aquella pandilla de indeseables. Como ya os he dicho, se vengó sólo lo que pudo, porque, claro, cuando te persiguen 5.000 tipos que además tienen una recompensa de 2.000 dólares por agarrarte, es difícil escapar. Pero que Gerónimo lo intentó, lo intentó, que quede constancia.
En la reserva. El final de Gerónimo no es muy gratificante. Primero estuvo tres años en una prisión, y más tarde, cuando ya era una persona inofensiva, se le envió a una reserva a pasar los últimos años de su vida. A Gerónimo no se lo llevaron por ahí a hacer bufonadas como a Toro Sentado, pero lo tuvieron lo suficientemente domesticado como para que participase en un desfile presidencial o en la Exposición Universal de St. Louis. Ya he dicho que no era muy gratificante.
‘Skull’. Pero el gran qué con Gerónimo sucedió tras su muerte. Y es que mucha gente dice que la calavera de Gerónimo acabó, tras ser robada, en Skull and Bones (Calavera y Huesos), que es una fraternidad de Yale de la que han formado parte, entre otros, toda la familia Bush. Que no hacen un test de inteligencia como requisito para entrar, vamos. En Skull and Bones niegan tener semejante material en sus manos, pero son numerosos los ex miembros que niegan esta negación. En todo caso creo que lo justo sería que la calavera de George W. Bush acabara en manos de los pocos nativos que quedan actualmente en EEUU. Yo ni siquiera esperaría a que muriese, la verdad. Ya, no hay motivo para que ningún indio quiera tener en casa esa cosa subdesarrollada que seguro trae mal fario, pero es una cuestión de equilibrio kármico y cósmico, que se ha de explicar todo.

EPÍLOGO: Hombre blanco hablar con lengua de serpiente.

LeandroAguirre©2014 (revisión 17/12/2014)

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