NOMBRE: Jorge VI del Reino Unido.
ÉPOCA: Una en la que los zurdos aún seguían siendo diabólicos y esas cosas.
CURRÍCULUM: Este señor, papá de la actual reina de Inglaterra y abuelito del que, a este paso, nunca llegará a rey de Inglaterra, se encontró reinando por pura casualidad y a causa de las circunstancias. Efectivamente, su hermano Eduardo era el primogénito y el elegido a ocupar el trono británico, y de hecho lo ocupó, pero un asuntillo de faldas del que nos ocuparemos más adelante —cuánta ocupación, ¿no?— le hizo abdicar en favor de Jorge al poco tiempo de ser rey.
¿Los méritos del reinado de Jorge VI? Bueno, más que méritos se fue encontrando los fregados por el camino. Por ejemplo, se encontró de bruces con la II Guerra Mundial. Del trabajo sucio se encargó Churchill, cierto, pero el pueblo británico valoró muy positivamente que la familia real permaneciera en Londres durante los bombardeos. Aunque, digámoslo todo, la familia real permaneció en Londres entre comillas, porque Jorge, como haría cualquier padre, envió a sus hijas al Castillo de Windsor por seguridad y, por seguridad también, él mismo se iba a dormir a Windsor cada noche, así que, sí, todo un detalle por parte del rey, pero hasta un cierto punto.
El otro gran acontecimiento del reinado de Jorge VI fue la disolución del Imperio Británico para dar paso a la Commonwealth, donde las colonias pasaron a ser estados independientes aunque bajo el mismo rey. Y así se fundaron los Juegos de la Commonwealth, que son como unos Juegos Olímpicos pero en british en los que siempre gana Inglaterra. Es el legado más importante de Jorge VI, efectivamente.
MOMENTAZOS:
–Eduardo. En realidad tiene más chicha el hermano de Jorge, Eduardo VIII, que el propio Jorge, pero como fue rey cuatro días sólo le podemos dedicar un Momentazo. Eduardo, al que se ve que le tiraban mucho más las tabernas y las mujeres que lo de ser rey de Inglaterra —una persona normal, vamos—, acabó abdicando para poder casarse con Sally Simpson, que si se llamaba Simpson era porque estaba casada con el señor Simpson y no porque fuera hija de Homer y Marge. Es decir: que tenía que divorciarse para poder casarse con el rey Eduardo, algo que los británicos, comenzando por los lores, no hubieran visto con excesivos buenos ojos. Así que Eduardo dijo “A tomar po’l saco” —en inglés, claro— y se fue a disfrutar de la vida. Y llámale tonto.
–El discurso del rey. Jorge cometió dos de los peores pecados que, en aquella época, se podían cometer: ser zurdo y ser tartamudo. Lo de escribir con la izquierda se lo solucionaron desde bien pequeñito obligándole a escribir y a hacer las cosas con la derecha, pero lo de la tartamudez no era ten sencillo porque no puedes obligar a nadie a hablar con otra boca que no sea la tuya propia. Como se narra en la película ‘El discurso del rey’, Jorge VI solucionó su problema gracias a una especie de logopeda australiano que utilizaba métodos muy particulares. Lo cierto es que, como decía, el rey solucionó en gran medida su problema con la tartamudez pero, por contra, a partir de ahí empezó a hablar con acento australiano y continuó siendo el hazmerreír de los británicos. Bueno, esto último me lo he inventado, pero podría haber pasado, ¿verdad?
–‘Gin Queen’. Y quien no tenía ningún problema ni con la tartamudez ni con la vida ni con nada era Isabel Bowes-Lyon, que quizás así a secas no os diga nada pero que si os digo “la reina madre” puede que sepáis quién es. Efectivamente, aquella entrañable y anciana señora que siempre sonreía y que se murió hace una década era la viuda de Jorge VI. Ni más ni menos que cincuenta años sobrevivió la reina madre a su marido, lo que se dice rápido pero que no es tan fácil y más teniendo en cuenta que Jorge murió con 56 años y no con 20. Aunque, todo hay que decirlo, es mucho más fácil conseguirlo cuando te conservas en alcohol que cuando no. Se calcula que entre quince y veinte fábricas de ginebra tuvieron que cerrar tras la muerte de Elizabeth Bowes-Lyon, me parece que no hace falta añadir nada más.
EPÍLOGO: Eso es to, eso es to, eso es todo amigos.
