VLADIMIR LENIN

NOMBRE: Vladimir Ilich Lenin.

ÉPOCA: Una en la que intentar gobernar en Rusia era, y nunca mejor dicho, una ruleta rusa porque en cualquier momento te descerrajaban un tiro.

CURRÍCULUM: Llegó un punto en el mundo en el que a los obreros y currantes en general se les hincharon sobremanera los cascabeles de tener que trabajar tropecientas horas en condiciones lamentables por un salario ridículo, y empezaron a surgir movimientos que postulaban por mandarlo todo al carajo, comenzando por reyes y gobernantes y acabando por empresarios. Si tenemos en cuenta además que fue a toda esa gente a los que los poderosos enviaron a morir a capazos en la Gran Guerra por no se sabía bien bien qué motivos, el caldo de cultivo para que se produjera una gran movida estaba servido. El centro neurálgico de susodicha movida fue Rusia, y el cabecilla nuestro protagonista de hoy, Lenin.
Lenin, papá del comunismo, pertenecía a una familia acomodada cuyo padre llegó incluso a obtener rango nobiliario. Y es que, no nos equivoquemos, todas las revoluciones de la historia las han acabado ejecutando los pobres, pero siempre han surgido de las cabezas de gente menos necesitada que, obviamente, tenían tiempo para pensar en otras cosas que no fuera qué iban a comer sus hijos al día siguiente. Y eso, que Lenin se fue involucrando en el tema desde joven, y siguió involucrándose al frente de sus bolcheviques hasta que, tras abdicar el zar en febrero de 1917 y triunfar la revolución en octubre, llegó a ser el primer presidente (presidente camarada, pero presidente) de la Unión Soviética.
Después a Lenin le dispararon —lo que era más o menos normal porque él también iba disparando y haciendo disparar a gente por ahí— y, aunque logró sobrevivir, su estado de salud fue empeorando, obligándole a abandonar la vida pública hasta su muerte.
Personaje clave del siglo XX, indudablemente. Y que conste que no he dicho alto o bajo, guapo o feo ni gordo o flaco: he dicho clave. Lo recalco por si acaso porque, tanto de un lado como de otro, hay gente muy sensible y paso de escuchar gritos.

MOMENTAZOS:
–Morbo.
La verdad es que lo más interesante, o al menos lo más morboso, de Lenin sucede tras su muerte. El estudio de su cerebro, por ejemplo. Y es que a los dirigentes soviéticos no se les ocurrió otra cosa que llevar a analizar el cerebro de Lenin en busca de las neuronas que le hacían comunistamente genial. Aparte de que el estudio no llegó a nada positivo, ¿qué hubiera pasado en caso contrario?; ¿se hubieran injertado las neuronas de Lenin para ser igual de geniales o algo así? Cuanto tiempo y dinero gastados pa' na', de verdad.
–Sífilis. Sobre la muerte de Lenin en sí, no podía ser de otra manera, también existe controversia. Mientras unos afirman que tras los disparos y un par de infartos la situación era insostenible, otros, mucho menos románticos, sostienen que fue una sífilis la que se llevó por delante al camarada Lenin. En todo caso la sífilis también era socialista y comunista y afectaba a todos por igual sin distinción de clases y rangos, así que, supongo, Lenin debió morir feliz de perecer a causa de una enfermedad tan justa e igualitaria. Digo yo.
–A lo Tutankamón. Y ya el colmo del morbo es que momificaran el cadáver de Lenin y lo tuvieran expuesto en el Kremlin durante décadas. Que, además, sabiendo que dentro del cráneo debe haber serrín o vete a saber qué, hace el asunto mucho más morboso. Los mayas o los antiguos egipcios tenían una relación especial con la muerte, cierto, pero habría que empezar a revisar también la relación de los soviéticos con ella, porque hay cosas que no acaban de ser normales, creo.

EPÍLOGO: ¿He dicho ya que paso de escuchar gritos? Pues eso.

LeandroAguirre©2013 (revisión 04/03/2015)

ÍNDICE DE LA INFRAHISTORIA

 

SECCIONES ACTIVAS

SECCIONES FINALIZADAS

OTROS