NOMBRE: Marco Polo.
ÉPOCA: Una en la que Italia estaba dividida en más estados que los que salieron de la URSS y Yugoslavia juntas.
CURRÍCULUM: Marco Polo era un comerciante de Venecia que, se ve, era un culo inquieto. O eso, o que no se llevaba muy bien con su familia, porque, igual que otros salen a comprar tabaco y no vuelven jamás, el bueno de Marco decía que se iba a comprar cuatro cosillas para el negocio y tardaba, literalmente, décadas en volver. Y técnicamente no mentía, porque era verdad que iba a comprar cosas para la tienda o lo que tuviera, pero lo que no especificaba es que se iba a China a hacerlo y que, además, se lo iba a tomar con calma. Con mucha calma.
En fin... Marco Polo realizó dos grandes viajes. En el primero llegó hasta Pekín por la Ruta de la Seda y volvió por un camino más o menos normal. Pero en el segundo ya se recreó, porque después de llegar a Pekín se fue hasta Pagan, que está en el quinto coño, para después regresar de nuevo a Pekín y volver a Venecia por el camino más largo que se le ocurrió. En su casa, como es natural, ya lo daban por perdido.
Curiosamente Marco Polo ya se quedó quieto y parado en Venecia y no volvió a ir a Pekín nunca más. Y como toca una sesuda reflexión, la mía es la siguiente: ¿qué les pasa a los que se llaman Marco en Italia? Me refiero a que éste se fue a comprar mercancía al sitio más lejano que encontró y el otro se fue acompañado de un mono en busca de su mamá, que también estaba en el culo del mundo. ¿Va con el nombre? Yo ahí dejo el dato.
MOMENTAZOS:
–El millón. Tenemos el relato de los viajes de Marco Polo gracias a que, a su vuelta, el veneciano fue encarcelado porque se encontró con una guerra entre Venecia y Génova. Es lo que tiene: te vas alegremente un cuarto de siglo por ahí, y lo lógico es que algunas cosillas hayan cambiado. La cuestión es que en prisión conoció a Rustichello de Pisa, un escritor que, maravillado por los relatos de Marco Polo, quiso ponerlo negro sobre blanco. Publicaron ‘El millón’, conocido en España como ‘Los viajes de Marco Polo’, que iba firmado por ambos. Pero que, vamos, escribir, lo que técnicamente se conoce como escribir, estoy convencido de que Marco no escribió ni una sola letra. A excepción de la firma, claro.
–¡Tierra a la vista! Dicen que los viajes de Marco Polo influyeron en mucha gente, entre ellos a Cristóbal Colón. Personalmente creo que no son comparables: Marco Polo era un señor que quería ir a Asia y fue a Asia, y Colón fue un señor que quería ir a Asia y se topó de puta casualidad con América. Es como comparar el gol de Maradona contra Inglaterra con un gol en propia puerta. Gana Marco Polo de goleada, no jodamos.
–Por la ventana. Muchos historiadores dudan de la veracidad de los viajes de Marco Polo y de que llegara realmente hasta Pekín. Y no sólo historiadores: su propia familia no acababa de creerse del todo su historia. De hecho, cuentan que, en su lecho de muerte, la familia le pidió que explicase en qué había mentido con respecto a sus viajes. Es decir, que daban por supuesto que mentía. Marco Polo, muy civilizadamente, respondió que no sólo no había mentido en nada, sino que no había explicado ni la mitad de lo que había visto. Y digo muy civilizadamente porque si me estoy muriendo y lo único que tiene que decirme mi familia es acusarme de mentir, con el último de mis alientos salen todos volando por la ventana. Aunque hubiera mentido de verdad.
EPÍLOGO: Todos los caminos conducen a Pekín.
