NOMBRE: Margaretha Geertruida Zelle, Mata Hari.
ÉPOCA: Una en la que si tenías amiguitos franceses y amiguitos alemanes simultaneamente eras carne de cañón.
CURRÍCULUM: Mata Hari era una chica de los Países Bajos muy echá p'alante que se dedicaba a la danza de los siete velos y el streaptease, a la prostitución de alto standing y, en sus ratos libres, al espionaje. Aclarar que Mata Hari era su nombre artístico, pienso que en una elección muy acertada porque no sé si como Margaretha Geertruida hubiera tenido el mismo éxito profesional ni hubiera pasado a la posteridad con la misma facilidad. Y menos pronunciado en neerlandés.
Porque ese es el asunto: ¿por qué es famosa Mata Hari?; ¿su labor como espía fue vital en el desarrollo de la I Guerra Mundial o algo por el estilo? Pues no. Parece ser que era una espía tirando a normalita, de la que incluso se comenta que lo hacía más porque se encontraba allí en medio del meollo y no sabía decir que no a la gente que por otra cosa. Y así le fue, claro, porque, en estas profesiones, si no te lo tomas en serio apareces en cualquier momento flotando en cualquier río después de haberte suicidado de tres disparos en la cabeza.
Así pues, ¿por qué es casi tan conocida Mata Hari como James Bond?; ¿por qué estoy haciendo una Infrahistoria sobre ella?; ¿eh?; ¿por qué? Se ve que estaba de buen ver, pero supongo que como tantas otras. Se ve que bailaba muy bien, pero como miles de personas desde entonces. Se ve que en la cama era la bomba, pero no creo que sea un caso único en la historia. Y si como espía ya hemos comentado que era tirando a bastante mala, sigue sin entenderse esta fama. No sé, quizás es la mezcla de todo ello sumado a que murió joven, pero la cuestión es que ha aparecido en la Infrahistoria antes que, no sé, la reina Victoria de Inglaterra o María Antonieta. Por algo será.
MOMENTAZOS:
–Reina de París. Mata Hari se convirtió en una estrella en París gracias a su danza de los siete velos que acababa en desnudo. Dicen las crónicas de la época que había auténtica locura por conseguir las butacas de las primeras filas en el teatro. Claro que para locura las cantidades que pagaban algunos de aquellos caballeros por pasar un rato a solas con Mata Hari. Y, claro, ya se sabe, después del acto, con toda la relajación y eso, alguno contaba cosas que no debía contar. Mata Hari no preguntaba, pero se lo explicaban igual. ¿Qué culpa tenía ella, pobre?
–Bien probado. Delicioso si es verdad —y si no lo es debería serlo— el momento de la detención de Mata Hari. Tras pedir permiso a los soldados franceses para ducharse y vestirse, apareció de repente ante ellos desnuda y ofreciéndoles bombones para ver si se los camelaba y se libraba de aquello. No coló, pero olé ella por el intento.
–Sin exagerar. Lo que ya no fue tan delicioso fue el chiste de juicio al que sometieron a Mata Hari antes de fusilarla. Digamos que no fue el colmo de la rigurosidad. También cuentan, aunque eso entra dentro más de la leyenda que de otra cosa, que a los soldados tuvieron que taparles los ojos para que pudieran disparar a aquella belleza. En fin… No exageremos, ¿eh? Que, viendo fotos, y por mucho que hayan cambiado los cánones estéticos, tampoco era para tanto, y menos con ya cuarenta años a rastras.
EPÍLOGO: Tiran más dos tetas que dos carretas, para qué extenderse más.
