LA REVOLUCIÓN CUBANA

ACONTECIMIENTO: Revolución Cubana.

ÉPOCA: Una en la que llevar barba e ir hecho un desastre era un imán para las cubanas. Qué envidia…

CRONOLOGÍA: Un día de 1956, Fidel Castro, Ernesto 'Che' Guevara y ochenta inconscientes más partieron de México para desembarcar en Cuba e intentar hacerse con el poder del país, entonces en manos del dictador Fulgencio Batista. El viaje no fue todo lo bien que cabría esperar, pues entre la travesía horrorosa de siete días que tuvieron que sufrir y el recibimiento de los hombres de Batista, que se divertían jugando al 'tiro al revolucionario', fueron apenas veinte hombres los que pudieron adentrarse en Sierra Maestra para combatir contra el ejército del dictador, que rebasaba los 80.000 soldados.
No parecía, así en principio, que la cosa fuera a tener demasiado futuro, pero, mira, el asunto se fue liando se fue liando, y lo que parecía un imposible al final se acabó consiguiendo y la Revolución, Revolusión para los amigos, triunfó y entró en La Habana un 1 de enero, celebrando así por todo lo alto el año nuevo. Se puede pensar que no fue una entrada de año idílica para Batista, pero en el fondo tampoco le fue tan mal: salió de la isla con una fortuna estimada de 100.000.000 de dólares de la época y vivió exiliado en sitios como, pobre, República Dominicana, Madeira y Marbella. Un drama humano desgarrador, indudablemente.
Y, bien, para no tener futuro a la Revolución tampoco le fue del todo mal, porque ahí sigue tropecientos años después. ¿Eso es bueno?; ¿es malo? Pues, como todo, depende de a quién le preguntes. Si lo preguntas en Miami será malísimo y si le preguntas a Fidel te largará un discurso de 14 horas para explicarte que es buenísimo. Personalmente prefiero no preguntar, la verdad, pero que cada cual haga lo estime conveniente, faltaría más.

MOMENTAZOS:
–Fidel.
La cabeza visible de la Revolución fue indudablemente Fidel Castro. Bueno, la cabeza, la barba y la voz, porque si por algo es conocido Castro es por su capacidad y, sobre todo, aguante a la hora de hablar. De hecho, mucha gente sostiene que, en realidad, Castro no convenció a los cubanos con su oratoria, sino que la mayoría optaron por darle la razón con tal de no escucharle más. Mala táctica, por cierto, porque a día de hoy aún tienen que oírle, pero es humanamente comprensible que intentaran acabar con aquello cómo fuera, aunque fuera dándole el poder.
–El Che. La otra cara de la Revolución fue el Che, que ya tuvo su propia Infrahistoria hace unos meses por lo que no hay mucho que añadir sobre el personaje. Tan solo volver a recordar lo paradójico que es que una de las estrellas de la Revolución Cubana sea un icono capitalista como Récord Guiness de camisetas con su cara vendidas. Paradójico y, hasta un cierto punto, triste. Estaría bien saber qué diría el Che a todo ello, pero se lo pulieron en Bolivia y nunca lo sabremos. Qué triste, repito.
–M-26-7. Ése, M-26-7, era el nombre del grupo que habían formado Fidel y otros antes de la Revolución. Podríamos pensar que el nombre no tenía demasiado glamur, pero, siendo justos, debemos decir que fueron unos adelantados a su época. Ahora lo conocemos todo así: que si el 11-S, que si el 11-M, que si el 23-F, que si el 15-M… Al final te pierdes y no sabes si lo de las Torres Gemelas fue un 15 de marzo o si Tejero entró en el Congreso un 11 de septiembre, pero, oye, todo muy breve y moderno, eso sí.
–Hasta la victoria, eternamente. La frase de la Revolución fue esa "Hasta la victoria, siempre" repetida hasta la saciedad. Lo que pasa que Fidel y los suyos se tomaron ese 'siempre' de manera literal y hasta día de hoy siguen ostentando el poder. Así que quizás deberían variar la frase y dejarla en un "Hasta la victoria, eternamente" o un "Hasta la victoria, por lo siglos de los siglos" o algo así. Yo sólo doy ideas, ¿eh? A ver si ahora me van a encerrar o quién sabe qué por contrarrevolucionario o algo peor.

EPÍLOGO: Pasara lo que pasara después, no podemos dejar de reconocer el mérito que tiene que veinte tipos se echaran al monte y acabaran haciéndose con el poder de un país. El mérito y la moral que se ha de tener para hacerlo, por supuesto, porque casi es más fácil hacerlo una vez te lo has planteado que planteárselo de verdad como una posibilidad. Eso es, técnicamente, tener más moral que el Alcoyano, y el resto, burdas imitaciones.

LeandroAguirre©2013 (revisión 03/06/2015)

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