NOMBRE: Tatanka Iyotanka, Toro Sentado.
ÉPOCA: Una en la que no ser blanco era un verdadero problema para la supervivencia.
CURRÍCULUM: Toro Sentado fue, indudablemente, el indio americano —habrase visto expresión más contradictoria— más famoso. Jefe Siux, Toro Sentado era un tipo pacífico hasta que le tocaban los cascabeles. Y, claro, si algo han tenido los estadounidenses desde su fundación es que son especialistas en tocarle los cascabeles a todo quisqui, por lo cual su relación con Toro Sentado y los suyos era tirando a tensa. Ya sabéis: los yankees iban dejando a los indios con cada vez menos territorio y, sobre todo, con cada vez menos efectivos, incluyendo mujeres y niños, y a los indios aquello no les sentaba muy bien, como es comprensible. Efectivamente: se supone que los salvajes eran los indios.
La cuestión es que Toro Sentado intentó tanto luchar contra los yankees como pactar con ellos, pero en lo primero no tuvo éxito porque arcos y flechas contra armas de fuego no tiene mucho color, y en lo segundo no tuvo éxito porque pactar con aquella gente era igual de fiable que pactar con Judas Iscariote. Nuestro protagonista acabó detenido en un fuerte de ésos que se ven en las películas y posteriormente, como una rock 'n' roll star, se fue de gira con Buffalo Bill por América y Europa. Después fue rotando entre alguna que otra reserva y algún que otro fuerte, hasta que, cómo no, unos soldados americanos lo mataron porque no les gustaba su pinta o vete a saber qué.
En fin… Digan lo que digan las películas de Hollywood, éste era el bueno y los otros eran los malos. No sé si hace falta explicarlo en ningún lugar que no sea EEUU, pero ahí lo dejo por si acaso hay algún despistado o por si, aún más difícil, hay alguien en EEUU leyendo esto.
MOMENTAZOS:
–Con las botas puestas. Hasta las narices ya de aquellos blancos cabrones y traicioneros, Toro Sentado se unió a Caballo Loco y otros jefes indios para darle a los yankees lo que se merecían, es decir la muerte. Se cuenta que hasta 15.000 indios se presentaron un día en Little Big Horn, donde también acudieron los hombres del general Custer a enfrentarse contra ellos y donde encontraron su fin. Como siempre, la historia la cuentan los que ganan y el general Custer ha quedado como un héroe que murió con las botas puestas y Toro Sentado y Caballo Loco como unos salvajes que arrancaban cabelleras, pero la única realidad es que a América llegaron unos europeos que se quedaron con lo que legítimamente correspondía a sus seculares moradores, los indios, en uno de los grandes genocidiois de la historia. Hey, pero que los salvajes eran los indios, ¿eh?
–'On the road'. Como he comentado, Toro Sentado se fue de gira con Buffalo Bill para, ya que lo habían echado de sus tierras, ganar unos cuantos dólares. Muy duro no era su trabajo, que sólo consistía en montar a caballo junto a Buffalo Bill, pero el hombre no duró ni cuatro meses porque no le gustaba nada la sociedad 'civilizada'. Entre otras cosas porque no entendía cómo podía haber gente viviendo en la calle y muriéndose de hambre ante la indiferencia general. Insistimos: el salvaje era él, decían.
–El fin. Un día a Toro Sentado su pueblo, o lo que quedaba de él, le pidió permiso para realizar la Danza de los Espíritus, a lo que el jefe accedió aunque sin gran entusiasmo. Pero, claro, cuando los yankees vieron a todos esos indios en trance hacer esas cosas tan raras, se acojonaron, arrestaron a Toro Sentado e intentaron obligarle a que acabara con aquello porque les daba mucho miedo. Toro Sentado ni se inmutó y pasó de ellos, hasta que llegaron unos cuantos indios con ganas de lío y, en la refriega, Toro Sentado acabó falleciendo de un tiro accidental y de otro disparo en la cabeza descerrajado nada accidentalmente. ¿Vale la pena insistir en quiénes eran los salvajes y quiénes la gente civilizada?
EPÍLOGO: No puedo ser justo. Ya desde pequeñito en las pelis de indios y vaqueros iba con los indios, así que… ¡Viva Toro Sentado y muera el puto general Custer y sus putas botas! Sin pasión lo digo, por supuesto.
