ACONTECIMIENTO: Guerra de Troya.
ÉPOCA: Una en la que los griegos invadían sitios en vez de ir pidiendo rescates. Y les iba mucho mejor, las cosas como son.
CRONOLOGÍA: Curiosa guerra la de Troya, comenzando por el hecho de que lo que ha llegado a nuestros días es una mezcla entre historia y mitología con la que no se sabe a qué atenerse. Porque, bueno, yo puedo llegar a creerme que fue una guerra que realmente sucedió e incluso que finalizó gracias a un enorme caballo de madera, pero, claro, cuando de por medio están Atenea, Apolo, Poseidón o Afrodita, comienza uno a cuestionarse las cosas.
Para entender la Guerra de Troya se ha de ser Homero, porque hay involucradas tantas personas, tantos estados y hasta, como hemos dicho, tantos dioses, que no hay precisamente dios que pueda seguirla. El asunto es que, teóricamente, la cosa empezó porque a un tal Paris, de profesión príncipe de Troya, se le ocurrió huir con Helena de Esparta porque, ya se sabe, el amor es impulsivo. Entonces, por supuesto, los espartanos se cabrearon de lo más y, acompañados de todos los aliados que pudieron —los cuales no debían tener nada mejor que hacer y a los que no voy a enumerar porque sino me pasaría aquí todo el día—, se fueron a darle una paliza a los troyanos en la propia Troya.
Finalmente, tras diez años de asedio, los espartanos y sus aliados consiguieron entrar en la ciudad y no dejaron de ella ni los adoquines. Cuentan que, pasado todo ese tiempo, ya se les había olvidado incluso por qué estaban guerreando, pero después de una década allí de camping saquearon aquello con unas ganas inusitadas. En una década hay más de 3.600 días, y eso es mucho esperar, hay que comprenderlo.
MOMENTAZOS:
–Inocente. Indudablemente, el episodio más famoso de la Guerra de Troya es el del Caballo de Troya. No iba a ser el Caballo de Torrelodones, claro. Todos sabéis la historia: los aliados construyeron un enorme caballo de madera hueco y, haciendo ver que se retiraban, se lo dejaron a los troyanos con unos cuantos soldados dentro como obsequio de despedida. Estos lo introdujeron en la ciudad y, por la noche, cuando estaban todos cocidos hasta las cejas celebrando el fin de la guerra, los soldados espartanos salieron de su escondite, abrieron las puertas de la ciudad al resto del ejército, y aquello acabó como el rosario de la aurora para los troyanos. La pregunta ineludible es: los troyanos, ¿eran tontos o qué? Es decir: ¿no notaron nada extraño en que al enemigo le diera, después de diez años, por largarse así de golpe, dejando además un regalo como cuando te han acogido amablemente en casa ajena? O quizás solo es que estaban hasta las narices del jodido asedio y querían terminarlo como fuera. En plan: "Oye, mira, que pasen y que hagan lo que tengan que hacer, pero que se acabe ya esto". De otra forma no se entiende tanta inocencia.
–Superman. Uno de los participantes más famosos, dioses aparte, de la Guerra de Troya fue Aquiles, un tipo al que se ve le entusiasmaba eso de matar enemigos, y si era troyanos mucho más. Sin ir más lejos, en el desembarco de las fuerzas aqueas, Aquiles se pulió a Cicno, que era ni más ni menos que el hijo de Poseidón. Con una dificultad añadida, porque se ve que el tal Cicno era inmune a las armas, por lo que Aquiles tuvo que, literalmente, estrangularlo. A partir de ahí se fue cargando troyanos hasta que Persis, el causante de la guerra, fue el que le mató a él. En diez años de guerra es normal que sobreviva poca gente, y Aquiles era Aquiles, no Zeus.
–Superwoman. Que, por cierto, ¿qué fue de Helena? Múltiples habladurías hay, pero mayormente parece que iba a su bola. Se ve que no era mujer de un solo hombre y se casó cinco veces, teniendo nueve hijos. En la actualidad hubiera sido la estrella de las revistas del corazón, sin lugar a dudas. Al final murió, claro, no esperaríais que aún siguiese viva.
EPÍLOGO: Lo que puede producir una reunión de testosterona por una mujer hermosa no está escrito. Bueno, sí, lo escribió Homero, pero son miles y miles de versos en griego clásico y a ver quién es el guapo que se lo lee. Yo no, ya lo advierto.
