PANCHO VILLA

NOMBRE: José Doroteo Arango Arámbula, Pancho Villa.

ÉPOCA: Una en la que los mexicanos llevaban sombreros mexicanos.

CURRÍCULUM: Pancho Villa fue, junto a Zapata, el líder más carismático de la Revolución Mexicana. Encargado de los revolucionarios en el norte, Villa consiguió grandes victorias militares e incluso llegó a ser gobernador del estado de Chihuahua, logrando gran popularidad. Aunque, claro, logrando gran popularidad entre los revolucionarios, no, está claro, entre el Gobierno y el Ejército, que entre este hombre y Zapata andaban locos y no sabían por dónde les venían.
Y, eso: que Pancho Villa se pasó la vida haciendo la revolución y tomando ciudades y tal y cual. Incluso una vez que le dieron una hacienda y decidió retirarse no duró demasiado, porque parece que cuando el gusanillo de la revolución se mete en tu cuerpo ya no hay manera de parar. Al final las cosas se pusieron tan y tan jodidas que Villa no tuvo más remedio que rendirse y firmar un acuerdo con el ya por entonces revolucionario Gobierno. Pero no le sirvió de mucho porque, como sus adversarios no se fiaban de él, decidieron matarlo igualmente por lo del gusanillo y todo eso. Y es que, como queda demostrado largamente durante la historia e incluso en la actualidad, eso de fiarse de los que mandan es, quizás, demasiado fiarse.

MOMENTAZOS:
–Pinche macho II.
Como ocurría con Zapata, Pancho Villa no sólo tenía tiempo para hacer la revolución y esas cosas, sino que además tenía tiempo para estar con la mitad de mujeres mexicanas con las que no había podido estar Zapata. A este hombre en concreto se le conocen al menos setenta y pico matrimonios, lo que, evidentemente, deja fuera los matrimonios desconocidos y las relaciones extramatrimoniales. Y no sé a vosotros, pero a mí lo que más me asombra es: ¿de dónde sacaban el tiempo estos dos pinches remachotes si estaban todo el día pegando tiros por ahí? Porque, claro, una cosa es encontrar tiempo para un mete-saca rápido, pero encontrar tiempo para casarse más de setenta veces no es tan fácil. Que está clara también cuál era la táctica que utilizaba Pancho Villa, ¿no?: les prometía matrimonio, evidentemente. Aunque digámoslo todo: después cumplía su promesa, lo que es muy loable pero no quizás muy práctico, las cosas como son.
–Jolivú. Por lo que parece había una cosa que a Pancho Villa le gustaba por lo menos lo mismo que la mujeres y que hacer revoluciones: las cámaras. Se ve que, sí, a Villa eso de que le filmaran, le hicieran fotos y esas cosas le encantaba. No sólo no dejaba —entre batalla y batalla y entre boda y boda— de conceder entrevistas a cualquier gaceta de pueblo que se lo pidiera, sino que incluso llegó a firmar un contrato con Hollywood para que filmaran sus batallas. Y es que hay que reconocer que Pancho Villa llevaba maravillosamente bien el tema márketing, como lo demuestra el hecho que cambiara ese José Doroteo Arango Arámbula por Pancho Villa, que, admitámoslo, es un nombre mucho más comercial y mucho más fácil de recordar.
–Decapitado. Como os he explicado antes, a Pancho Villa se lo cargaron, como no podía ser de otra manera. Le tendieron una emboscada, le pegaron unos cuantos tiros y ahí se quedó. Aunque lo escabroso no es la muerte en sí: lo escabroso es que un magnate de la prensa americana pagó 5.000 dólares para que le trajeran la cabeza de Pancho Villa, por lo que su cadáver fue profanado y decapitado. Hearst, se llamaba el yankee en cuestión. Un enfermo mental, efectivamente.

EPÍLOGO: ¿De dónde carajo sacaba el tiempo este hombre?

LeandroAguirre©2013 (revisión 23/09/2015)

ÍNDICE DE LA INFRAHISTORIA

 

 

SECCIONES ACTIVAS

SECCIONES FINALIZADAS

OTROS