PARAENTREBESTIA CON...

 

Gandhi

 

 

 

19/06/2015

Ohmmmmmmm...

Ehm... Perdón por molestar... ¿Sr. Gandhi?
Puedes llamarme Mohandas Karamchand.

Prefiero Gandhi, la verdad. Soy un parajuntaletras; ¿podría hacerle unas preguntillas?
Un segundo que acabo de meditar. Ohmmmmmmmmmmmmmmmmmmm... Vale, ya.

¿Bien, por el Más Allá?
Aquí, con mis meditaciones y con mis cosas.

¿No se aburre?
Más o menos lo mismo que cuando estaba vivo.

Hablemos precisamente de su vida. Sabrá usted que su lucha pacífica se convirtió en un referente que ha superado las barreras del tiempo.
Qué bien hablas, Juntaletras.

¿Es un sarcasmo?
¿Ves? Sarcasmo... Muy bien utilizado, sí señor.

¿Me contesta?
¿A qué?

A lo de ser referente y modelo y tal y cual.
Tú te confundes, Parajuntaletras, yo nunca fui modelo.

Modelo de comportamiento y ético, me refiero.
Ah, eso. Bueno, entre tú y yo, no hacía nada en particular.

Ya, pero ese no hacer nada fue precisamente la novedad.
Pero fue porque era mucho más descansado que irse a pegar tiros o a poner bombas por ahí.

Por dejar, dejó a veces hasta de comer.
Sí, es que, ya sabes: prepárate la comida, pon la mesa, levanta el tenedor decenas de veces, mastica cientos, recoge la mesa, friega los platos... Qué cansado, por favor.

En la historia se habla de huelgas de hambre.
Na’... Desidia pura y dura.

Habrá gente que se sienta decepcionada con sus palabras.
Me sabe fatal.

¿No se pasaba mal sin comer, por muchos esfuerzos que se ahorrara?
Se pasa mucho peor fregando platos.

Ya. Cambio de tercio: decidió usted ser célibe.
Sí. Es que murió mi padre mientras yo practicaba sexo con mi señora y me traumatizó tanto que dejé el sexo.

Explíquelo todo: dejó el sexo veinte años después del suceso.
Es lo que tienen los traumas: se van ahí enquistando y creciendo hasta que al final salen.

Suena a excusa para no tener que cumplir con su esposa por falta de ganas, que lo sepa.
No sé cómo puede pensar eso. Un trauma profundo y tremendo, fue.

Cambiemos de nuevo. Hay historiadores que afirman que usted no era tan bueno como parecía.
Por favor... Más bueno que el pan Bimbo, era yo.

Se le acusa por ejemplo de machista, cuando no de misógino.
Tonterías... Yo trataba a las mujeres prácticamente igual de bien que a mis vacas.

Eso suena fatal, ya se lo digo.
Las vacas son sagradas en la India.

Aun así.
Hombre, fíjese si las trataba bien que incluso tuve sexo con mi esposa durante veinte años a pesar del horroroso trauma sufrido. Lo hacía por ella.

Antes ha dicho que lo estaba incubando.
Pero yo ya lo intuía y, aun así, cumplía con mi deber.

Se le acusa también de racista.
¿Yo racista? Lo que me faltaba por oír.

Contra los negros y alguna que otra casta india, por ser más concreto.
Ah, bueno, yo pensaba que me hablaba de personas.

Eso ha sonado peor que lo de las vacas, se lo advierto.
Oiga, no mezcle a los parias con las vacas, haga usted el favor; que las vacas son sagradas, hombre.

En fin, le dejo ya, Sr. Gandhi.
Llámeme Mohandas Karamchand, que hay confianza.

Es que temo que se me haga un nudo en la lengua. Que vaya bien.
Adiós, Juntaletras. Ohmmmmmmm...

Bueno, pues eso: paz.

LeandroAguirre©2015

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